Finanzas: ¿Cómo manejarla en la tercera edad?
Si hay una etapa en la vida en la que hay que prestarle mucha más atención a las finanzas es la tercera edad.
Las dificultades para acceder a ciertos servicios y la vulnerabilidad crecen para los adultos mayores, quienes pueden sufrir aún más en materia económica. Ante eso, lo mejor es estar preparados para cuando esa etapa llegue.
El desconocimiento en finanzas probablemente sea el elemento que tenga mayor repercusión en la tercera edad. En reiteradas ocasiones, los adultos mayores son de alguna forma discriminados y abandonados por no conocer sus derechos y cómo las leyes los amparan y también por no tener la orientación e información necesaria en el ámbito financiero.
No en vano, uno de cada tres adultos mayores acude a la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) en México, para quejarse porque su patrimonio se ha visto afectado. Esta realidad se extiende a varios países.
Estar preparados y llevar una gestión adecuada de las finanzas reducirá en gran medida la aparición de dificultades en la tercera edad.
1) Sumar conocimientos
Los conocimientos de cualquier tipo nunca sobran y en el ámbito financiero menos. Manejar información y prepararse en las diferentes etapas de la vida, ayudará al adulto mayor a lidiar de mejor forma con sus compromisos en la tercera edad. La preparación y el aprendizaje deben ser una constante.
2) Elaborar un presupuesto
En la tercera edad hay que tener un plan de qué es lo que se tiene para afrontar los distintos gastos que se presentan en el camino. Conviene considerar en ese presupuesto el dinero por jubilación y también por el arriendo de alguna propiedad.
Si la realidad lo permite es recomendable destinar al menos el 5% o 10% de la jubilación para un fondo de ahorro al que recurrir ante cualquier imprevistos. De igual forma, si en la tercera edad ya se cuenta con un ahorro importante logrado en años interiores, probablemente lo mejor sea invertirlo en acciones de una empresa, pólizas o bienes raíces.
3) Establecer los gastos
El pago de los servicios básicos, alimentación adecuada, medicinas, citas médicas y movilización, forman parte de los compromisos financieros que todo adulto mayor debe afrontar en esa etapa.
Cuando dichos gastos ya han sido determinados, se planifica el presupuesto en función de ellos. Además, tener siempre presente que en cualquier momento puede surgir algún imprevisto que habrá que superar, el ahorro ayudará a estar mejor preparados.
A su vez, una buena manera de reducir los gastos es sacarle el máximo provecho a los descuentos especiales y beneficios tributarios por ser adulto mayor
4) Una ayuda no está de más
También es muy importante designar a alguien de la familia o a un tercero de confianza para que sirva de apoyo en todo lo que tenga que ver con transacciones y trámites. Muchas veces personas malintencionadas buscan estafar o aprovecharse de los adultos mayores, ante eso, lo mejor es ayudarse con otra persona y así evitar consecuencias muy desagradables.